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El guardián de la memoria entrevista a Ana Segarra

Actualizado: 10 feb

Autora: Ana Segarra

¿Qué pasaría si tus recuerdos no fueran tuyos? Si cosas que has vivido han sido borradas... día tras día Cora va a su trabajo para el gobierno, borra archivos que le mandan y vuelve a casa, lo único que se permite los fines de semana es drogarse y emborracharse para sentirse viva y salir de su rutina.


Todo cambia cuando conoce a Brooks y a Eliott, que le harán replantearse todo su mundo hasta los cimientos de lo que ella creía.


Un libro de intriga, amor, y algo apocalíptico que te hace pensar en nuestro día a día. Y en el mito de Pandora 🤫🤫

Además la autora a añadido una lista de reproducción de Spotify para que la música nos acompañe durante la lectura.

Entrevista con la Autora:


Sobre El guardián de la memoria, ¿Qué te inspiró para escribir sobre esa temática? ¿Cuál fue el primer libro que te impactó y por qué?


La idea de El guardián de la memoria surgió hace unos años, mientras leía un artículo que hablaba de lo frágil que es la memoria y lo volátil que es, ya que, según un estudio, cada vez que acudimos a un recuerdo lo modificamos mínimamente, por lo que nada de lo que recordamos es cien por cien verídico. Esta idea me gustó mucho, pero no sabía cómo podía introducirla en un libro. Un par de años después, en un viaje a Nueva York, me di cuenta de que esa idea quedaría muy bien dentro de un libro distócico y allí mismo, entre rascacielos y un tráfico horrible, la historia comenzó a desarrollarse dentro de mi cabeza.

En cuanto al primer libro que me impactó sobre esta temática, tengo que decir que fue Un mundo feliz. Era la primera vez que me acercaba a la distopía y me impresionó muchísimo encontrarme con ese género.


¿Cuándo empiezas una historia, la tienes ya pensada de antemano o vas variando sobre la marcha?

Depende mucho del género con el que esté trabajando en ese momento. En el caso de El guardián, tuve que ser cien por cien mapa. Antes de ponerme a escribir tenía claro qué iba a pasar, en qué orden y en qué momento. Tenía una escaleta bastante extensa que trabajé durante meses, sobre todo porque es un libro en que voy dejando caer muchas pistas y hay varios giros argumentales importantes y tenía la sensación de que iba más segura si todos estos extremos los tenía controlados.

En cambio, cuando escribo infantil, suelo ser más brújula y me dejo llevar por la historia. Una de las cosas que más me gusta del proceso creativo es el momento en el que surge la idea y toda la historia va cobrando sentido, y ser mapa reduce ese instante al escaletado. Así que cuando escribo infantil (que suelen ser libros mucho más cortos y estructuralmente más sencillos) me dejo llevar y creo sobre la marcha para que todo el proceso de escritura sea mágico.

Cuando leí me enganchó mucho el principio y me sumergí bastante, a cuando cambia todo de la noche a la mañana me dejó superimpactada... ¿Qué me puedes contar sobre tus personajes? ¿Cuáles son tus favoritos?


Si algo tenía claro cuando empecé a escribir El guardián, eso era que quería crear personajes grises. No quería personajes que fueran buenos o malos, sino que cada uno actuara acorde a su propia ética e intereses. Crear a Cora, la protagonista, fue un reto, porque quería un personaje que fuera lo opuesto a mí: muy pasota, interesada, solitaria, que ahoga sus penas en un vaso de alcohol, que no le importa el qué dirán... Y quería hacerlo bien porque es una novela narrada en primera persona, así que ese fue mi reto personal. Y creo que lo conseguí, porque la gente que ha leído mis otras historias (todas en tercera persona y con un estilo completamente diferente) dice que no parecen escritas por la misma autora.


En cuanto a mi personaje favorito, yo diría que es Tracy. Tracy en un principio no iba a ser más que la compañera de oficina de Cora, un personaje sin más que no tuviera nada de importancia en la trama. Pero poco a poco fue exigiendo una vida propia, una historia, y eso me enamoró de ella. Ahí me permití improvisar (fue en lo único en lo que improvisé en toda la trama) y reclamó su propio espacio. Por eso es mi favorita, porque llegó en el momento perfecto.


Sobre La magia de Leo, ese lo ha leído mi hija de 12 años. Es un libro para reflexionar, y algo duro. Un tema súper a la orden del día, tanto en colegios como en institutos. ¿Qué nos puedes contar sobre él? ¿Cómo se te ocurrió ese libro? ¿Alguna anécdota?

Siempre digo que La magia de Leo es mi ojito derecho, porque llegó en un momento muy importante de mi vida y me hizo volver a soñar con la escritura y creer en la magia. La forma en la que surgió es en sí misma una anécdota: encontré por las redes sociales a una antigua amiga del colegio de la que hacía muchísimos años que no sabía nada; hablando, me comentó que ella era ilustradora y que su sueño era ser ilustradora de cuentos infantiles, y yo le dije que acababa de publicar mi primer libro y que me encantaría lanzarme a escribir algo infantil. No sé quién lo dijo primero, pero el caso es que las dos tuvimos claro que teníamos que hacer una colaboración: yo escribiría y ella ilustraría. Así que yo escribía un capítulo y se lo pasaba para que ella lo ilustrara, y fue mágico ver cómo los personajes tomaban vida en sus manos justo de la manera en la que yo me los imaginaba.

Ambas teníamos claro que queríamos hablar sobre el acoso escolar, un tema que por desgracia está a la orden del día, y también hacerlo desde la inclusión a todos los niveles. Al final salió un libro precioso que está cargado de mensajes y donde los niños se pueden encontrar en caso de necesitar encontrarse.

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