De la página al plato: recetas inspiradas en obras literarias
El pan de jengibre de Frankenstein: una receta con sabor a literatura

El pan de jengibre es un dulce típico de la Navidad, que se elabora con harina, mantequilla, azúcar, miel y especias como jengibre, canela, clavo o nuez moscada. Tiene un sabor intenso y un aroma que despierta los sentidos.
Además, es un pan que tiene una larga historia y que ha sido protagonista de algunas obras literarias, como Frankenstein de Mary Shelley, la primera novela de ciencia ficción moderna.

En esta obra, publicada en 1818, se narra la historia de Víctor Frankenstein, un científico que crea una criatura a partir de partes de cadáveres, y que se arrepiente de su experimento cuando el monstruo se vuelve contra él y sus seres queridos. La novela explora temas como la ciencia, la ética, la responsabilidad y la soledad, y ha sido considerada como una de las primeras obras de ciencia ficción.
Entre las muchas referencias a la comida y la bebida que aparecen en la novela, hay una que llama la atención por su contraste con el tono sombrío y trágico de la historia: el pan de jengibre. Este dulce aparece en el capítulo 18, cuando Víctor Frankenstein y su prometida Elizabeth viajan por Europa y se alojan en un hotel de Estrasburgo, donde les sirven chocolate caliente y pan de jengibre para el desayuno. Esta escena representa uno de los pocos momentos de felicidad y tranquilidad que disfrutan los protagonistas, antes de que el monstruo vuelva a atacar y arruine sus planes de boda.
¿Cómo hacer pan de jengibre?
Si quieres probar el pan de jengibre que degustaron Víctor y Elizabeth, te proponemos una receta sencilla y deliciosa, que podrás preparar en casa con ingredientes fáciles de encontrar. Esta receta está pensada para dos personas, pero puedes ajustar las cantidades según el número de comensales.
Ingredientes
• 1 huevo
• 2 cucharadas de jengibre en polvo

• 2 cucharaditas de canela
• 4 cucharadas de mantequilla
• 1 taza de azúcar glas (140 gramos)
• 1 taza de melaza de caña
• 2 tazas de harina de trigo
• 1 cucharadita de levadura
• 1 pizca de pimienta y nuez moscada
• 1 yogur natural sin azúcar
• Ralladura de medio limón
• 1 puñado de nueces de macadamia molidas (opcional)
Preparación
Precalienta el horno a 180 ºC y engrasa un molde rectangular de unos 25 cm de longitud con mantequilla o papel de hornear.
En un bol, tamiza la harina, el jengibre, la canela, la pimienta, la nuez moscada y la levadura, y mezcla bien todos los ingredientes secos. Si quieres, puedes añadir también las nueces de macadamia molidas, que le darán más cremosidad y sabor al pan.
En otro bol, bate la mantequilla a punto de pomada, es decir, algo derretida pero sin llegar a ser líquida, con la melaza de caña, hasta obtener una crema homogénea.
En un tercer bol, bate el huevo con unas varillas eléctricas hasta que quede esponjoso y blanquecino.
Añade poco a poco los ingredientes secos al huevo batido, sin dejar de batir con una espátula o una varilla manual, para que la masa no pierda volumen.
Añade el yogur y la mezcla de mantequilla y melaza, y sigue batiendo hasta integrar todos los ingredientes. Por último, añade la ralladura de limón y remueve con movimientos envolventes.
Vierte la masa en el molde y alísala con una espátula. Hornea el pan de jengibre durante unos 45 minutos, o hasta que al insertar un palillo salga limpio.
Deja enfriar el pan sobre una rejilla y desmóldalo con cuidado. Puedes espolvorear un poco de azúcar glas por encima para decorar, o servirlo con nata montada o helado.
Curiosidades sobre el pan de jengibre y Frankenstein
Para que disfrutes aún más de este delicioso pan de jengibre, te contamos algunas curiosidades sobre su origen, su relación con la novela de Mary Shelley y la vida de la autora.
El pan de jengibre es una receta muy antigua, que se remonta al siglo XI, cuando los cruzados trajeron el jengibre de Oriente Medio a Europa. Los primeros panes de jengibre se elaboraban con migas de pan, miel y especias, y se moldeaban en formas de animales, flores o personas. En el siglo XVI, el pan de jengibre se popularizó en Inglaterra, donde se vendía en ferias y mercados, y se regalaba como muestra de amor o amistad.
El pan de jengibre también tiene un significado simbólico en la novela de Frankenstein, ya que representa la inocencia y la alegría de la infancia, que se pierden con el paso del tiempo y la llegada de la tragedia. Además, el pan de jengibre se puede relacionar con el propio monstruo, que está hecho de partes de otros cuerpos, al igual que el pan está hecho de distintos ingredientes. Así, el pan de jengibre sería una versión dulce y apetecible de la criatura, que en cambio es horrible y repulsiva.

Mary Shelley escribió Frankenstein cuando tenía solo 18 años, inspirada por una conversación que tuvo con su esposo, el poeta Percy Bysshe Shelley, y el también poeta Lord Byron, sobre la posibilidad de crear vida artificial. Los tres escritores se encontraban en una casa junto al lago Leman, en Suiza, donde pasaron un verano lluvioso y tormentoso. Para entretenerse, decidieron inventar cada uno una historia de terror, y así nació la idea de Frankenstein.
Mary Shelley tuvo una vida marcada por la muerte y el sufrimiento. Su madre, la escritora y feminista Mary Wollstonecraft, murió al dar a luz. Su padre, el filósofo William Godwin, la rechazó cuando se fugó con Percy Shelley, que estaba casado. Tres de sus cuatro hijos murieron en la infancia, y su esposo se ahogó en un naufragio. Ella misma sufrió varias enfermedades y depresiones, y murió a los 53 años, probablemente a causa de un tumor cerebral.
Ignacio Builes
Muy interesante